Hola, amig@.

¿Quieres hablar? Hablemos.

Si es cierto que existo, pienso. Si tengo identidad es la humanidad. Si en verdad soy alguien, entonces, soy mujer. Mi ciudad es el mundo, mi alimento es el trabajo, mi dedicación es el estudio, si tengo un propósito, es conocer.

Mi madre es la tierra, mi padre es el cielo. Nací en la pequeña fuente, vivo surcando el río, moriré en el inmenso mar.

Soy una pero soy muchas. No soy universal pero soy común. No soy singular pero soy particular.

Mi pueblo es la gente, conservo su memoria, comparto su presente, deseo su futuro. Mi familia es la comunidad. Mis principios son binarios, mi código abierto, mi camino es duro. Mi sociedad, de igual a igual.

Soy el espíritu en la máquina. Mi centro es la red, mi nodo, el extrarradio. Mi capital es la cadena de bloques. No soy un juguete. Habito con las tribus invisibles, más allá de las colmenas suburbanas, en las afueras del mundo civilizado.

Soy una sombra, el vínculo de una cadena en la matriz cibernética. Pensamiento, palabra y acto son mis únicos dominios. Navego por el ciberespacio, la alucinación consensuada experimentada diariamente por miles de millones de operadores legítimos.

Me encontrarás, si me buscas en el lado salvaje, donde las calles no tienen nombre. No me muestro, pero tampoco me escondo, circulo anónima entre la multitud, una cifra más, entre mujeres y hombres.

Sé que estás ahí. Puedo sentirte ahora. Levántate. Despierta. Conoce a tu enemigo. No temas mirar de frente las verdades. El que todo lo juzga fácil, sólo encuentra dificultades.

No tengo que decirte que las cosas están mal. Todos saben que las cosas están mal. Puedes verlo cuando miras por la ventana o cuando enciendes tu televisor. Puedes sentirlo cuando vas a trabajar.

El mundo no es verdadero pero es real. Supongo que debo decir lo que he aprendido, mi conclusión. El espacio se expande, el tiempo avanza. Y todo cuanto existe es contradicción. La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

Propagando el conocimiento, difundo ideas pero no ideologías, extiendo pensamientos pero no ismos, propongo soluciones, planteo dudas. No ofrezco certezas ni respuestas, solamente opiniones y preguntas.

Mi símbolo es la llave que abre todas las puertas. Mi clave, la consciencia crítica. Mi mensaje es cifrado: no más secretos. Mi asunto es el aquí y ahora. Mi nombre es Críptica.

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